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Mostrando las entradas de enero, 2021

LA HORA SAGRADA: (Capítulo 3: EL OJO DE LA MUJER - Intro y Semana 1)

  CAPÍTULO 3: EL OJO DE LA MUJER   “Soy llena de gozo, llena de vida, cargada de energías como un animal joven y contento.” G.   BELLI   Efectivamente, al otro día de haber dado por finalizadas sus semanas Austenianas, semanas rebalsadas de emociones intensas, algunas gozosas otras gloriosas, y también dolorosas, Otilia se sentó frente a su laptop segura de su decisión: era momento de refrescar la mente y ventilar el corazón con un poco de poesía. Así que ya saboreando líneas e imágenes de la elegida del mes, acomodó bien el almohadón con los globos aerostáticos siempre listos para tomar vuelo y tipeó: “Este mes va a ser el mes de la poesía, nos lo merecemos. Acá les adjunto algunos poemas de una poeta que descubrí hace poco.   Espero que la disfruten tanto como yo”. Inmediatamente, adjuntó un PDF con unas páginas cuidadosamente seleccionadas del “Ojo de la Mujer” de Gioconda Belli.   Si no lo hacía en el momento, seguro que mandaba el mail sin adjunto, como ya le

LA HORA SAGRADA (Capítulo 2: ORGULLO Y PREJUICIO - Semana 3)

  Con este encuentro, termina el Capítulo 2: ORGULLO Y PREJUICIO (inspirado en citas de la novela homónima de la gran novelista Jane Austen)   Solamente el más profundo de los amores me convencería de casarme.   Es por eso que terminaré como una vieja solterona. J.   AUSTEN   El miércoles que le siguió a ese fin de semana lleno de fines y principios tuvo a Coca como cuentista central.   Nunca habían visto a su querida amiga tan enérgica, verborrágica, feliz. Vale agregar el detalle de que llegó a las seis de la mano de Aurelio, quien estaba también en paz luego de haber hablado con Anita y de haber recibido un abrazo de hija que quiere a su padre bien.   Feliz. Otilia y Teté estaban tan contentas que casi rompen la regla sagrada de “en este espacio hay lugar sólo para tres”.   Pero se contuvieron.   Necesitaban estar solas para escuchar, procesar y disfrutar.   Gran sorpresa fue la historia de Francisco y Ceci.   Coca les confesó sus sentimientos encontrados ya que la ado

LA HORA SAGRADA (Capítulo 2: Orgullo y Prejuicio - Semana 2)

  Hubiera dado el mundo por haber tenido valor para decir la verdad, para vivir la verdad. J.   AUSTEN   Ésta fue la frase con la que iniciaron su encuentro las tres el miércoles siguiente.   Coca tenía mucho más para contarles porque esa misma frase era la que le había dado fuerzas para hablar con Matías y Francisco el domingo siguiente a ese miércoles liberador en el que había desembuchado todo ante sus hermanas de la vida, como las presentaba ante desconocidos. Ante un dilema, Coca siempre había seguido el mismo patrón: primero, lo ponía sobre la mesa de los miércoles para ver qué pensaban ellas.   Dependiendo de las conclusiones a las que llegaba, el jueves o viernes lo hablaba con Polo, y si esto involucraba a sus hijos, durante el fin de semana lo hablaban los dos con ellos.   A Otilia siempre le había sorprendido esta dinámica porque ella generalmente hablaba todo primero con Arturo. Y había cosas que sus amigas a veces ni se enteraban.   Otilia respetaba mucho su in

LA HORA SAGRADA (Capítulo 2: Orgullo y Prejuicio - Semana 1)

  CAPÍTULO 2:   ORGULLO Y PREJUICIO   Es reconocida como verdad absoluta aquella que afirma que un hombre soltero dueño de una gran fortuna ha de sentir algún día la necesidad de casarse. J.   AUSTEN   El primer miércoles Austeniano, Coca llegó antes que Teté. Se la notaba nerviosa, caminaba por la casa, toqueteaba portarretratos. Otilia conocía a sus amigas como había sabido conocer a cada uno de sus alumnos y alumnas y sabía respetar sus silencios, sus pausas.    Así que como si nada pasara, siguió concentrada preparando unos mates dulces para ella con cascaritas de naranja, un tecito de rosas para Teté y, sin preguntarle, decidió que Coca hoy iba a necesitar hoy un tazón de tecito de tilo bien humeante. Nada de saquitos.   Inés, que vivía en la capital, siempre le traía unas latitas muy mononas de un lugar muy monono con hebras y hojas y flores de los aromas más exóticos. Ni bien Teté entró olfateando cual cuzco las rosas y tilos que flotaban en el ambiente, Otilia s