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Mostrando las entradas de febrero, 2020

Preparación para cirugía 28F

- "Mujercitas" (nada más potente que una buena historia escrita por una mujer llevada al cine por una directora mujer y disfrutada con esa mujercita que tuve gracias a que nací mujer) - Volver a encontrame con mi equipo de trabajo para planificar el año como si nada, pensar actividades como si yo fuera a usarlas, organizar reuniones donde no voy a poder estar, y dar ese taller de poesía que tenía pendiente desde el año pasado. - Visitar "El Patio de los Lecheros" y leer todos los grafitis que lo decoran mientras saboreo algo liviano, porque hay que volver caminando (nada mejor que llegar al día D con las piernas fuertes y en forma) - No pensar mucho. Exprimir cada ratito. - "Los 2 Papas" (de Argentina a Italia, del presente al pasado infame, de la ficción a la realidad...uff) - Hacer síntesis de reuniones de departamento con temas y semillas de proyectos, y clases y sueños. Y mandar mail recordando lo esencial, deseando buen comienzo, recomendando textos.

Volveré y seré millones

Volveré y seré millones de ideas agolpadas, alocadas, aladas. Y millones de poemas enredados, enhebrados, engordados por colores y olores sonoros y sororos. Y volveré y seré millones de líneas empoderadas y empeñadas en marcar el ritmo, mantener el rito de sentir y escribir, y vivir y latir, y volver y ser millones de células, (de ahora en más, espero) benignas y dignas de habitar este cuerpo que solo sueña con volver y ser.

Déjenme Elegir

Ultimamente, no me estoy llevando bien con la ciencia. No coincidimos. Chocamos. Ella se empecina en decirme lo que no quiero escuchar. Está haciendo todo lo posible para convencerme de que cómo me siento está mal. Cuenta con toda la tecnología, corre con ventaja. Y tiene las evidencias, unas imágenes enigmáticas pero inapelables para mis jueces que visten ambo. En cambio, yo cada día me entiendo mejor con mi aliada incondicional, la poesía. Con ella rimamos, caminamos con ritmo, nos entendemos con un solo tipeo. Ella no se guía por numeritos o imágenes indescifrables. Ella se guía por lo único real y tangible y humanamente comprensible y definitivamente válido: cómo me siento. Y así estoy, mediando entre ambas pero prefiriendo a una. Dicen que la primera es la que te salva. Tengo mis dudas, discúlpenme queridos galenos. Déjenme elegir mis juntas, déjenme elegir en qué creer, déjenme elegir.

Antes de cada Veredicto

Antes de cada veredicto, el vacío. Parálisis de sueños. El aire se vuelve sólido. Se traba en cada codo de mis entrañas retorcidas de miedo, de terror. Miedo al dolor. Terror a ese error celular que se empecina en atormertarnos, a mi cuerpo y a mí. A mi mente y a mí. A mi alma y a mí. Mientras, mi corazón se esfuerza por latir normalmente pero le cuesta con tanta murga interior. Y del golpe parece doler donde no duele. Porque si anda suelto por ahí, en algún lado está, agazapado, avergonzado quizás, sí, avergonzado de su alta traición. Sabe que lo que hace es injusto. Sabe que lo que hace es sólo para joder. Cagón sin salida. Traidor sin remedio. Antes de cada veredicto, el vacío. Vacío que sentís cuando no estás vacía. Vacío que sentís de puro repleta. De fuerzas. De sueños. De vida.

Lengua Viva

Me gusta leer con lápiz en mano, asi marco, escribo, circulo, subrayo. Ahora me pregunto ¿por qué nunca tacho, aceptándolo todo, aún lo que es malo? Entonces decido tomar bien el mando y animarme a hacer líneas que aplasten sin asco todas esas palabras que odio leer: corrupto, machista, manada, joder, forzada, egoísta, golpeada, doler, moretón, hemorragia, abandono, arder, pobreza, ignorancia, injusticia, poder. Pero las leo en los diarios, se repiten en las redes, se susurran con vergüenza porque son palabras siniestras, malvadas, mugrientas, violentas, hediondas, mortales, sangrientas. Entonces las tacho y las quemo y sueño que nunca más se pronuncian de nuevo porque ellas son las que deben morir, estas palabras que usa el enemigo, ese cobarde que huele a podrido. Y sueño que todas ellas desaparecen de los diarios, de los diccionarios, de las manos y mentes de enfermos y sicarios. Y de golpe solo leo palabras que cantan, que ríen, que brillan que lloran en paz, po