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Mostrando las entradas de noviembre, 2020

EL #diez

  Y sí, parece que los inmortales  también mueren. Y los mortales Lo lloramos mientras gambeteamos por la vida como podemos. Como El. A veces pudo. Muchas otras, no. Tuvo el planeta redondo como Ella, a sus pies. Tuvo magia en sus pies. Tuvo todo y a veces, nada. Eligió bien el arco, el ángulo, en la cancha. Eligió cruzar líneas finas, en la vida. Acarició el triunfo con esa vagancia argentina tan contradictoria. Tomó la mano de esa enfermera que no sabía que le estaba cortando las piernas. A veces lo que decía no tenía ni pies ni cabeza pero de golpe venía una genialidad que nos llevaba de vuelta a Ella escurriéndose entre las piernas enemigas para volvernos roncos de alegría. Ahora las lágrimas gambetean por muchos cachetes celestes y blancos porque seguro que su corazón era bicolor. Porque El fue pasión, es pasión. Y la pasión es humana. Se confunde. Se equivoca. Se contradice. La pasión grita, la pasión llora, la pasión siente. Sí, se siente, se siente. Y sí, p

Sonnet 17 #thea

  Sos un soneto de 17 líneas. Única, pasional, rupturista, personal. Talibán de la amistad, Extremista, exagerada, Repartís lo que te sale: Cara 'e culo o carcajadas. Puteadas creativas, Sonoras y explosivas, Porque sos un volcán de firme ideología. Feminista, justiciera, Sensible, creativa, Familiera, melancólica, Divertida, muy irónica. Escorpiana hasta el flequillo, Cinéfila hasta la médula, 17 son las líneas que hoy dibujan a THEA

Aleteo y Espero

Cuesta tomar vuelo pero intento. Carreteo y sueño que planeo. Cuesta ver que no se puede aunque quiero. Aunque pesa el cuerpo, aleteo. Aleteo, sueño y peleo. Mientras haya alas y deseo, Es cuestión de esperar que el viento  se ponga de mi lado,  eso espero.

Mas Cuerda que Nunca

Mientras los vestidos de verano se despiertan de su sueño invernal con el beso perfumado del jazmín, l as suculentas aprovechan cada perlita de lluvia que se apoya sobre sus brazos mullidos,  como los brazos mullidos de esa mamá que siempre tenía algo para lavar y escurrir y colgar de las cuerdas de alambre que siguen aca, firmes, sosteniendo la ropa que lavo a mano,  con las mismas manos que tipeo estas líneas con el deseo imperioso e inocente de hacer eterno lo pasajero,  de hacer inmortal cada ratito  y asi honrar cada brisa del jazmín,  cada nuevo brote,  cada vestido que hace piruetas  en la cuerda floja de la vida.