La Tos de la Reina

Y un bendito dia la reina dijo "basta, ya casi no puedo respirar y ellos siguen ahi, lo mas panchos, escupiendo veneno, oscureciendo mi techo, chamuscando mis pulmones, pudriendo mis cañerías, llenando de basura mis entrañas, basta." Y asi llena de furia, tristeza y ahogo tosió...una tos taaan potente pero tan distinta a otras. Esta no causó ningún tsunami, ni temblor, ni avalancha...fue una tos seca, silenciosa, invisible pero letal...tos de reina. Y mientras tosía y convulsionaba, los veia reir en sus playas, escalar sus montañas, inundar carreteras, producir mas y mas, volar mas y mas alto. Y la reina siguió tosiendo, tos seca, tos de reina, y de golpe estornudó, y su corona se cayó y explotó en mil pedazos que se diseminaron primero por oriente, despues por occidente...entonces gritó: "...no se dan cuenta? Tan ciegos y sordos están q no me ven agonizar?" Y aunque no quería causar ningún mal pq era una reina naturalmente buena, no pudo evitar que los minimísimos pedazos de su corona se infiltraran en narices, y ojos, y bocas, de jóvenes y viejos, de ricos y pobres, de trabajadores y de turistas, algunos turistas que sonreían felices en sus últimas selfies, aunque hacía tiempo habian perdido la capacidad de mirarse a sí mismos y verse en lo q se habian convertido: en meros amantes de lo instantáneo, talibanes del aquí y ahora, conectados a todo y a nada. Hasta que ellos empezaron a toser, tos seca, tos de reina. Y ahí se despertaron. Algunos, los que aún conservaban algo de corazón, algún sentido del otro reaccionaron, entonces intentaron sacudir a esos otros muchos que seguían arrogantes, poderosos, abrazados a ese lema tan humanamente inhumano: ¡que me va pasar a mi! Mientras tanto, la reina siguió tosiendo, y las esquirlas de su corona continuaeo viajando de una nariz a otra, rápido, fuera de control. Se metian en narices inocentes, en bocas que besaban, en ojos que lagrimeaban, mientras muchos todopoderosos, egoistas y tontos seguían viajando en primera clase, surfeando olas, visitando museos, comprando ropa hasta que la tos seca los paró en seco. Parar. Eso es lo que la reina necesitaba que hicieran. Parar. Parar. Quedarse quietos. Y algunos entendieron. Y se despavilaron. Hicieron caso. Se guardaron. Se cuidaron. Se encontraron. Se miraron. Se escucharon. Se preocuparon. Se ocuparon. Crearon. Pintaron. Cocinaron. Cantaron. Hablaron. Mucho. Como hacía tiempo no lo hacian. Inventaron. Investigaron. Y de golpe descubrieorn el jarabe para que la reina dejara de toser. Y humildemente se lo ofrecieron. Y de a poco, muy de a poco, la reina sintió que podía respirar mejor, su techo de golpe se volvió mas celeste, sus pulmones volvieron a bombear aire puro, sus cañerías se poblaron de delfines juguetones, y la Reina comenzó q a percibir olores que habia olvidado hacía mucho: a lavanda, rosas, jazmines... Y de a poco, muy de a poco su tos se tornó mas leve. Y de a poco, muy de a poco recobró fuerzas, fuerzas de reina sin corona pero reina al fin. Y muchos la ayudaron. Y muchos otros no. Muchos ya no estaban. Y la reina los lloró. Y cuando ya no le quedaron mas lágrimas, respiró hondo, se recompuso, se rearmó y entonces decidió recobrar su reino. Y en eso estamos...viendo cómo ayudarla a seguir siendo reina sin corona, y nosotros, a los que nos tocó seguir, aca estamos, mas viejos, mas sabios, mas temerosos pero mas respetuosos, y dispuestos a evitar que nuestra reina sin corona se resfrie porque si ella estornuda, nos enfermamos todos.

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