El Rock de la Oveja Negra

Viva la oveja negra que no se decolora para pertenecer al rebaño de pura blancura que pasta sin sobresaltos en la pradera asignada. Viva la oveja negra que se para sobre el parlante y muestra su orgullosa negrura, conciente de esas caras que la niegan, de esos ojos que la sentencian, de esos labios que la despellejan, de esos corazones que en el fondo envidian ese ritmo distinto, esa música nueva que sólo la oveja negra se anima a componer. El rock de la oveja negra deshilacha telas que cubren lo que clama por ver la luz. El rock de la oveja negra se filtra en rincones habitados por tiranos que se alimentan de un silencio cómplice blanco. El rock de la oveja negra debe recorrer muchas rutas para conseguir un lugar donde poder hacer sonar su música sin ser acallado por los pastores de los rebaños blancos y buenos que vigilan la pradera asignada. La oveja negra elige su propia pradera. La oveja negra prueba y prueba hasta que elige ese pasto que le cae bien a su estómago, ese pasto que contiene los nutrientes que ella necesita para mantener su negro lustroso y reluciente, ese pasto que acaricia sus cuerdas vocales y las mantiene sanas y fuertes para seguir rockanroleando contra viento y rebaño, contra pastos asignados y blancuras oscuras, contra canciones llenas de estrofas mecánicas que blanquean mentes y condenan la sana negrura del rock de las ovejas negras que se animan a sonar distinto.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Escribo

Aún rota...

Things that don't suck